Si los pasajeros han comprado líquidos
en un vuelo con origen en un aeropuerto de la unión europea, podrán llevarlos en los vuelos posteriores mientras estén contenidos en bolsas cerradas con un cierre especial que permita verificar que este cierre no ha sido manipulado, además estas bolsas deberán contener el comprobante de compra.
Si los pasajeros han comprado líquidos en un vuelo con origen en un aeropuerto de un tercer país, no existe garantía de que esos líquidos han sido controlados de modo seguro, y, por tanto no podrán transportarlos en su equipaje de mano en los vuelos posteriores.